Economía Circular
Frente al esquema de producción tradicional, la Economía Circular ofrece oportunidades para minimizar el impacto medioambiental de la industria, generando valor al mismo tiempo. La investigación en nuevas tecnologías está avanzando a grandes pasos, con productos, servicios y procesos innovadores que a la vez son sostenibles a nivel ecológico y social.
Si el modelo de desarrollo actual se basa en una producción lineal, “producir, usar, tirar”, la Economía Circular propone un paradigma diferente, inspirado en buena medida en la propia naturaleza. Este modelo consiste en aprovechar al máximo los recursos finitos, creando nuevos procesos de producción que minimicen los desechos y permitan reaprovecharlos de nuevo como materia prima. De esta forma, se consigue reducir la huella en el medio ambiente y a la vez crear valor no vinculado al consumo de recursos escasos.
Según la Comisión Europea, existen varios sectores prioritarios en los que es esencial actuar para reducir la huella medioambiental de la industria. Entre ellos, se incluyen los plásticos, la biomasa y biomateriales, las materias primas críticas y los residuos alimentarios. Las soluciones que propone el modelo de la Economía Circular consisten en aplicar los principios de reducir, reutilizar, reparar y reciclar a los procesos productivos.
El centro tecnológico IK4-TEKNIKER lleva años desarrollando proyectos de investigación que suponen un buen ejemplo en la aplicación de la Economía Circular. El centro cuenta con iniciativas de I+D+i en ámbitos como el uso de nuevos materiales, la biorefinería, la reducción en el consumo de energía en entornos industriales y la sostenibilidad en el sector agroalimentario.
En el ámbito industrial, los proyectos que lleva a cabo IK4-TEKNIKER incluyen la revalorización de los excedentes, el empleo de subproductos para el desarrollo de nuevos materiales, así como la fabricación aditiva para minimizar el uso de materias primas. En cuanto al aprovechamiento de recursos finitos, el centro tiene en marcha también investigaciones centradas en la reutilización de aguas y el uso de nuevas técnicas para reaprovechar el calor.
El reto de reducir el desperdicio alimentario
El sector alimentario es uno de los que generan un mayor impacto medioambiental, puesto que hace un uso muy intensivo de recursos como el agua, la energía y el territorio, generando a la vez altos niveles de emisiones de CO2. Tradicionalmente, es también un sector muy poco eficiente en términos de aprovechamiento de los recursos. En las cadenas de alimentos se desperdicia cerca del 50% y al año acaban en la basura más de 100 millones de toneladas de comida. Además del impacto ecológico y social, estos residuos suponen un coste cercano a los 150 billones de euros.
Las investigaciones en biotecnología, ingeniería de productos y bioquímica proponen alternativas innovadoras para aprovechar de manera mucho más eficaz los recursos en el sector alimentario. En este sector, el centro tecnológico tiene en marcha varias líneas de investigación aplicada basadas en la Economía Circular.
El enfoque consiste en la reducción del consumo de recursos naturales y materiales, así como la disminución de residuos. Para ello, los proyectos desarrollados por el centro incluyen la revalorización de los excedentes de la industria alimentaria, la automatización de los procesos de reciclaje y el I+D en nuevos envases que permiten alargar la vida útil de los alimentos.
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